Boca Juniors se clasificó para la gran final de la Copa Libertadores después de vencer 4-2 en una tanda de penales a Palmeiras en Brasil, tras un empate 1-1 en el tiempo reglamentario. El partido fue intenso y reñido, y Boca Juniors avanzó a la final de una manera única en la historia del torneo, ya que no ganó ninguno de sus partidos de eliminación directa, avanzando siempre por penales.

El partido comenzó con Palmeiras teniendo la posesión del balón, pero Boca Juniors entró con una estrategia defensiva y buscó aprovechar los contraataques. Un rápido despliegue llevó a Miguel Merentiel a asistir a Edinson Cavani, quien anotó el primer gol del partido para Boca Juniors a los 23 minutos. Se reclamó una mano en la jugada, pero no se revisó debido a que fue cometida por el defensor Gustavo Gómez.

La primera mitad continuó con una sólida defensa de Boca Juniors que frustró los intentos de Palmeiras. El equipo brasileño comenzó a perder la calma y cometió infracciones que resultaron en amonestaciones.

En la segunda mitad, Palmeiras intentó mostrar una mejor versión con el ingreso de Endrick, una joven promesa de 17 años que pronto se unirá al Real Madrid. Marcos Rojo, capitán de Boca Juniors, recibió una tarjeta amarilla por una entrada peligrosa sobre Endrick y, posteriormente, fue expulsado por una segunda amonestación.

Sergio Romero, portero de Boca Juniors, realizó grandes atajadas para mantener a su equipo en el partido. Sin embargo, Joaquín Piquerez logró igualar el marcador con una volea feroz en el minuto 73.

El partido continuó con intentos peligrosos de ambos lados, pero Romero fue una muralla para los disparos de Rony y se destacó como figura del partido.

En la tanda de penales, Cavani y Raphael Veiga fallaron los primeros tiros, pero Boca Juniors finalmente prevaleció cuando Guillermo “Pol” Fernández convirtió el penal decisivo.

Boca Juniors avanzó a la final de la Copa Libertadores, donde se enfrentará a Fluminense, y se convirtió en el primer equipo en la historia del torneo en avanzar a la final sin ganar ninguno de sus partidos de eliminación directa, siempre pasando por penales.