El primer ministro de Francia, Edouard Philippe confirmó la suspensión definitiva de todas las actividades deportivas en el país hasta el mes de septiembre, incluida la Ligue 1.

La noticia ha caído como un balde de agua fría a la LFP, que tenía planeada la vuelta a los entrenamientos el 11 de mayo y la reanudación del campeonato durante el mes de junio.

Las consecuencias de la suspensión definitiva de la temporada serán catastróficas, tanto a nivel futbolístico como económicas. Los equipos van a sufrir un déficit económico sin precedentes, además de modificar de forma drástica el acuerdo televisivo alcanzado el jueves en cuanto a derechos de televisión.

La Federación y la LFP se estarían reuniendo en el mes de mayo para tomar una decisión sobre los ascensos, descensos y posiciones europeas, así lo confirmó L’Equipe.